martes, 30 de junio de 2015

El justo medio

La virtud consiste en saber dar con el término medio entre dos extremos.” (Aristóteles)
La conducta propia y ajena no escapa a la mirada de los otros. Pero, a modo de introspección, beneficia observarse así mismo con entereza y sin  justificación alguna. Es evaluarse y constatar la relación consigo mismo y con el prójimo.
El proceder con ánimo tranquilo y dispuesto, sin agresividad, es una habilidad comunicativa. Es  lo que el psiquiatra sudafricano-estadounidense Joseph Wolpe (1915-1997)  y el psicólogo norteamericano Richard Lazarus (1922-2002) denominó conducta asertiva. Por ella se entiende cuando uno hace valer sus derechos y exterioriza sus opiniones con claridad, sin actitudes provocativas, respetando las ideas ajenas con objetividad.
El ejercer una conducta asertiva es dar muestras de una autoestima ubicada, sin dar lugar a la ansiedad que corroe con sentimientos de venganza o de culpa. Es demostrar control emocional, es escuchar y hablar afablemente, porquea quien has de acallar, no le hagas llorar.
Las manifestaciones asertivas modelan el “genio y figura hasta la sepultura,” como dice el refrán. Eso se ejercita con rectitud de espíritu y comprensión flexible. De ese modo se entiende al filósofo chino Lao Tsé (siglo IV a.C) cuando su mensaje indica que “si eres flexible, te mantendrás recto.”