lunes, 21 de marzo de 2011

Poderoso caballero




A comienzos del siglo XX el periódico "Tit-Bits" editado en Inglaterra, instauró un cartamen para premiar a quien definiera, con mayor precisión, los alcances de la palabra "dinero." Participaron aproximadamente unos seis mil competidores, rescatándose algunas definiciones como:




a) "Es el premio que dulcifica el trabajo."

b) "Un ídolo que se venera por todo el mundo sin que tenga un solo templo dedicado a su culto."

c) " Es el azucar que dulcifica la vida."

d) " Es la única comodidad que está siempre de moda."

e) " Es el dios del avaro, el juguete del rico, la joya de la clase media y la envidia del pobre."

f) " Es el vapor de la inmensa máquina de la vida."

g) " Es la sangre que fluye por las venas del comercio."

Pero, la definición que obtuvo el premio mayor fue la siguiente:
"El dinero es un artículo que puede usarse como pasaporte para ir a todas partes, menos al cierlo; y como proveedor general de todas las cosas, excepción hecha de la felicidad."
Usted ¿está de acuerdo?

Bien dice el refran que: "Poderoso caballero es don dinero."

sábado, 5 de marzo de 2011

Se tomaron su tiempo

Virgilio, poeta latino, redactó por espacio de veinte años su poema épico "La Eneida."

Fenelón, escritor francés, escribió y rehizo durante dieciocho año su célebre ensayo educativo "Las Aventuras de Telémaco.

Edison, físico norteamericano, desde temprana edad fue un lector asiduo de tratados de mecánica, de química y de electricidad.

Tolstoi, escritor ruso, fue muy severo de sus propias producciones literarias, corregía hasta el cansancio sus borradores y los textos finales diferían muchísimo de los primeros.

Dante, poeta italiano, tardó treinta años en terminar de escribir su obra inmortal "La Divina Comedia."

Newton, el ilustre matemático, físico, astrónomo y filósofo inglés, escribió quince veces hasta dar por finalizada su libro titulado "Cronología."

Ticiano, pintor italiano, le envió al Emperador Carlos V un cuadro que lo denominó la última cena. Esta tarea pictórica le demandó siete años de trabajo sin interrupciones, pintando por momentos hasta altas horas de la noche.