“El respeto al derecho ajeno, es la paz”. (Benito Juárez)
Uno de los principios básicos del buen proceder lo indica este refrán: “No hagas a los otros lo que no queras que te hagan a ti.”. La educación, los juicios de valor, las creencias, los prejuicios, el ambiente y la cultura influyen en la coexistencia. La personalidad de cada uno impacta en los demás y viceversa. El afecto ubicado y sincero promueve la convivencia. La vigencia de las leyes tiende a corregir la alteración del orden por quienes están en sus cabales o sufren trastornos que aquejan al resto de la humanidad.
La agresividad es una injerencia incorrecta. Quien agrede tiende a imponerse y dominar. El desprecio perjudica y suele derivar en hostigamiento (bullying) y maltrato. Quien sufre violencia ha de hallar el modo de no ser sometido, ha de solicitar ayuda si no lo logra por sus propios y adecuados medios.
El superar la timidez eleva la autoestima. Al buen entendimiento se llega por el diálogo respetuoso que descubre el motivo de una conducta antisocial. El poeta y dramaturgo alemán Goethe (1749-1832) afirma que “el comportamiento es un espejo en el cual cada uno muestra su imagen.”