Algo es verdadero si concuerda con la realidad, la falsedad se da si no hay tal coincidencia. Así de simple es la reflexión filosófica.
La tecnología presenta la novedad de las criptomonedas. “Cripto” en griego significa oculto. Esos activos digitales, se mantienen tapados a los ojos de extraños, son transacciones electrónicas que en lo financiero no están controlados ni tienen respaldado. Algunos lo denominan dinero virtual. Su existencia se fija online, en el ámbito de la informática. Su rendimiento es incierto y aquellos que arriesgan pueden tener ganancias o no. Pero, el rendimiento positivo no garantiza iguales resultados en un fututo.
El poeta español Francisco de Quevedo (1580-1645) es el autor del poema satírico: “Poderoso caballero es don Dinero.” ¿Por qué? Porque expresa la influencia del patrimonio económico sobre las personas y su entorno.
El empresario sudafricano de fama mundial, Elon Musk (1971) confiesa: "Invertí en criptomonedas. Sólo lo que me puedo permitir perder, ¿no?" Esa confidencia se basa en la experiencia personal de alguien que sabe sobre el tema. En el mundo de las finanzas es conveniente tener en cuenta ese testimonio y más aun tratándose de las criptomonedas.