“Cada maestrito con su librito.” (Refrán)
Un docente se distingue frente a sus alumnos por su estilo y personalidad. Cada individuo tiene su modo de pensar y actuar. El microbiólogo francés René Dubos (1901-1982) acuñó esta frase: “Cada ser humano es único, sin precedentes, irrepetible.” La cultura de un pueblo se favorece por la educación.
En el siglo XI surgieron las universidades como centros de estudios. Ese vocablo deriva del latín y hace referencia a “todas las cosas,” En esos lugares, los profesores y alumnos estudian según sus inquietudes. El filósofo griego Sócrates (470 AC-399 AC) enseña: “La ciencia humana consiste más en destruir errores que en descubrir verdades.” En la actualidad, esos lugares de estudios superiores brindan conocimientos, profundizan investigaciones y fomentan el pensamiento crítico. Es fundamental considerar, en la búsqueda de la verdad, que se han de regir por la libertad de enseñanza.
El filósofo español José Ortega y Gasset (1883-1955) aclara: “Ciencia es todo aquello sobre lo cual siempre cabe discusión.” En esos centros del saber, según las épocas y los países, se generan conocimientos, se suscitan problemas y soluciones con indagaciones científicas y tecnológicas
El escritor romano Cicerón (106 AC- 43 AC) advierte: “La ciencia que se aparte de la justicia más que ciencia debe llamarse astucia.” Los títulos académicos son un reconocimiento público a los logros obtenidos en las diversas disciplinas. De ahí que es incalculable la función social que cumplen las universidades.
