“Contra el vicio de pedir, la virtud de no dar.” (Refrán)
El refrán es elocuente, ante una exigencia convertida en defecto, surge la eficacia de poner límites. El ser bondadoso es un rasgo loable de la personalidad, aunque algunos lo consideran ingenuo. El escritor francés, Fénelon (1651-1715) alega que “jamás es perdido el bien que se hace.”
La adicción de exigir, se vale de artimañas ostentadas en picardías. En una ayuda oportuna, se ha de discernir la conveniencia o no de otorgarla. La generosidad razonable, se diferencia de la compasión impulsiva o incauta. El dramaturgo francés, Pierre Corneille (1606-1684) resalta la correcta actitud que disipa el enfrentamiento del altruismo con el egoísmo, al decir: “La manera de dar vale más que lo que se da.”
Pedigüeños se dice despectivamente, a quienes siempre solicitan algo con inmoderada insistencia. Suelen tomar desprevenidos a quienes tienen grabado en sus corazones el refrán: “Haz el bien sin mirar a quién.” El pensador chino, Confucio (551-479 a. C) nos recuerda su perdurable enseñanza: “Dale un pescado a un hombre y comerá un día, enséñale a pescar y comerá siempre.” La reflexión de este compromiso se ha de aplicar en corregir la manía de pedir, pedir y pedir…