jueves, 30 de enero de 2020

Deuda



“Lo prometido es deuda.” (Refrán)

Esta sentencia es contundente en cuanto a la consecución de lo ofrecido y está en conformidad con la palabra dada. Pero, por múltiples circunstancias, no siempre es así.

El científico y político estadounidense Benjamín Franklin (1706-1790) recomienda que: “Es mejor acostarse sin cenar que levantarse con deudas.”
Un compromiso contraído abarcar contornos heterogéneos. Los más destacados son en el ámbito económico y en lo moral. Un deudor honesto reintegra al acreedor lo pactado, en tiempo y forma. La confianza entre las partes es fundamental.

Las alianzas y los compromisos de las Naciones involucran a los individuos.
Al respecto, la legislación ha de garantizar la seguridad. Cuando los Estados
recurren a los créditos con éxito, tienden a fortalecer la productividad. Eso se
constata en lo económico y en el dominio de la inflación. Todo endeudamiento insume riesgos, como la insolvencia o cesación de pagos. La sabiduría popular remarca: “Paga lo que debes, sanaras del mal que tienes.”

Quien fue el tercer presidente de los Estados Unidos de América, Thomas Jefferson (1743-1826) aconseja: “No gastes tu dinero antes de ganarlo.” Por eso se exige prudencia por más bien administrada que sea una deuda.