Es un aparato de formas diversas. Están los de dos listones de madera unidos con un agujero al medio, que aprisionan al cerrarse. Así retienen al ganado por el cuello. En la Edad Media, a los reos se los castigaba paralizándoles los pies, con ese elemento.
En la actualidad el “cepo herramienta” lo usan los herreros, cerrajeros u otros operarios. El “cepo automovilístico” es un dispositivo metálico, que paralizan las ruedas de los vehículos en infracción. El “cepo cambiario,” en el lenguaje coloquial, significa limitar la compra de divisas extranjeras, como ser dólares. Esa es una medida discutible que pretende afianzar la economía de un país. Cuando se sale del cepo se da libertad. En esos casos deja de ser una tortura para quienes lo padecen
El 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas hizo pública la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En su artículo 5º formula la prohibición de la tortura. “Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.” El escritor español Rafael Barret (1876-1910) afirma: “La tortura ha desaparecido del Código. Cosa diferente es que desaparezca de las costumbres.” Por lo tanto, es conveniente desechar el hábito de promover sufrimientos, entre los cuales se ubica, si se quiere, el cepo.