viernes, 1 de octubre de 2010

Palabra de honor

Hoy como ayer, admiramos a quienes con firmeza dieron su palabra cual garantía de honor. Cuando alguien exclama: ¡Con su palabra me basta,! surge el merecido aval de la honestidad cimentado en la dignidad de la persona.
Cuando se razona de una manera y se expresa de otra, no hay coincidencia. También puede acontecer que uno se expresa correctamente pero es interpretado erróneamente. En ambas circunstancias surgen riesgosas interferencias comunicativas.
En educación, se ha de analizar la trascendencia de la comunicación y sus mensajes verbales. El docente educa con su mediación verbal. ¿A qué se ha de ajustar para no ser interpretado incorrectamente? Esta es una problemática que exige su análisis.

Para sonreír y reflexionar.

"Cuando uno no vive como piensa, acaba pensando como vive."
(Gabriel Marcel)

Recordaba un inmigrante la arrogancia de alguien que se burlaba de sus creencias religiosas. El personaje en cuestión proclamaba su ateísmo con total desenfado, en tierra firme. Una vez embarcado, la travesía siguió sus curso según los caprichos del mar. Pero, una noche la tormenta mantuvo a todos en vilo. El famoso ateo se puso a rezar. Con curiosidad le preguntaron :
- Usted, ¿no es ateo?
- Sí que lo soy pero no en alta mar.




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