“Muchísimo es mi número favorito.” (Woody Allen)
Con solo mirar las manos o los pies, llegamos a contar los dedos en número de diez. Dígito ponderado en diferentes culturas de manera diversa. Los que arriesgan en la quínela o en la lotería, si sueñan con leche apuestan a ganar con esa cifra. En el fútbol, quien tiene esa numeración suele ubicarse en el centro del campo de juego, asistiendo a los jugadores delanteros.
Si de apellido se trata, su origen se encuentra en la península ibérica. Aunque es complicado indicar su lugar de procedencia, se presume que proviene del reino de León.
En una evaluación, según sus criterios establecidos, calificar con un 10 significa una graduación de excelencia. Cuando algo o alguien logró lo máximo perfectible se suele comentar: “Estuvo de diez.” De ahí que vale el refrán que dice: “cuando los números hablan, se acaban las discusiones.”
Para los judíos y cristianos, Dios reveló a Moisés las tablas de la ley traducida en preceptos o mandamientos. Aunque a veces se desconoce su contenido pero por ser un decálogo son diez.
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