“Añorar el pasado es correr tras el viento.” (Proverbio ruso)
Transición es una palabra de origen latino que insinúa dinamismo, trasladarse de lo anterior a lo posterior. Es un acontecer entre lo que ocurrió y lo que sobrevendrá. Este concepto enlaza el paso de un modo a otro, que se da con el trascurrir del tiempo.
El canónigo alemán Tomás de Kempis (1380-1471) sentencia que: “Todas las cosas pasan y tú también con ellas. Guárdate de pegarte a ellas porque no seas preso y perezcas.” Pensamiento que se relaciona con el escritor estadounidense Rick Warren (1954) quien nos recuerda: “somos producto de nuestro pasado, pero no tenemos que ser prisionero de él.”
El poeta español Jorge Manrique (1440-1479) al evocar la muerte de su padre, en una de sus coplas expresa: “como a nuestro parecer, cualquier tiempo pasado fue mejor.” Es una advertencia a lo subjetivo de nuestras apreciaciones. Por eso, el filósofo griego Heráclito (540 aC-480 Ac) indica que: “Todo fluye, todo cambia.” Es decir que sin excepción, lo existente está bajo los efectos de una mudanza continua.
El recuerdo de lo que fue y la expectativa por lo que vendrá no ha de limitar la esperanza, que se involucra en una transición.
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