El topo es un pequeño mamífero depredador, del tamaño de un ratón que vive bajo tierra y se alimenta de lombrices e insectos. Pero, por su manera de excavar puede dañar las plantas en su camino subterráneo.
El diccionario español indica con ese vocablo a una persona enquistada en una organización y a su servicio, que entrega información valiosa a otra. En la jerga militar o policial, así se nombra al espía infiltrado o a un agente encubierto. Ese proceder es considerado por la parte afectada como una traición, por quebranta la fidelidad o la lealtad que debe guardar, pero la finge. El filósofo griego Platón (427 a.C.-347 a.C.) indica: “La razón y el valor siempre se impondrán a la traición y a la ingratitud.”
“Nadie puede servir a dos señores.” (Mateo 6,26) Es un proverbio bíblico de vigencia plena, que marca la imposibilidad de ser leal a dos intereses opuestos. Es ahí donde irrumpe el desprecio por la entrega de algo que no corresponde, al bando contrario. El pensador chino Confucio (551 a.C.-479 a.C.) enseña: “El silencio es el único amigo que jamás traiciona.”
El traidor, al igual que ese mamífero insectívoro que vive bajo tierra, de pelaje suave gris oscuro, socava la confianza de manera subterránea, como lo hace en su hábitat el topo.
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