Socialmente los medios de comunicación tienen influencia mediática. Los padres perciben el
parpadeo de una luz de alerta y otra de riesgo. La entidad escuela, frente al avance de esa
realidad, no puede desistir, ha de
aceptar el desafío y se ha de comprometer
con las nuevas generaciones.
Los cambios tecnológicos influyen en la formación profesional docente y en la escolarización.
El libro y la lectura, sin renegar de su identidad, han
dado un paso al costado para perdurar, se esfuerzan por compartir su hegemonía
cultural con las tecnologías de la información y de la comunicación.
Quienes evocan un futuro mejor confían en la
educación y en la escuela, como
distribuidora de conocimientos y de legítimos
valores.
La globalización virtual con la difusión “al instante” de
las noticias e imágenes, a escala interplanetaria, generan un mundo sin
fronteras.
Actualmente la escuela, que se precie de ser tal, ha de formar ciudadanos con solvencia reflexiva para que
atraviesen la sociedad de la
información y habiten la sociedad del conocimiento.
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