En economía, el dinero es esencial y al prestarlo puede producir un beneficio. La fusión del anarquismo con el capitalismo promueve que el ciudadano se maneje ejerciendo su libertad, pero respetando los derechos ajenos. El anarquismo propone la eliminación del Estado que no ha de tener intervención alguna en la vida ciudadana. Esta propuesta es difícil de aplicar. La globalización pone de manifiesto que los países son los principales protagonistas nacionales e internacionales. Una economía basada en los bienes de capital se sustenta en la propiedad privada, en los medios de producción y en la libertad de mercado.
Ese modo de pensar considera agresivo al Estado por aplicar impuestos y regular el mercado económico, cercenando la libre competencia comercial. Además, avasallando las libertades individuales y la posesión particular. El escritor alemán Goethe (1749-1832) afirma: “Las fatigas de la vida nos enseñan únicamente los bienes de la vida.” Una interpretación de esa frase es que, al perder lo que se valora se acrecienta el sufrimiento.
Actualmente, dentro de una convivencia democrática, la organización independiente de un país garantiza los derechos individuales de los ciudadanos. Cada individuo por su trabajo disfruta de sus beneficios y del intercambio de sus bienes materiales. Lo contrario se da cuando la intervención estatal subyuga con impuestos, mentiras, robos y fraudes. Por eso el político español Enrique Tierno Galván (1918-1986) afirma: “Los bolsillos de los gobernantes deben ser de cristal.” Esto, ¿se logrará con propuestas de derecha, de izquierda o del anarco capitalismo?
